Con esa inocente pregunta nos descolocó a los que la escuchamos una niña de 11 años, quizás menos. Sinceramente no sabíamos qué contestar. Quienes allí estábamos estábamos inventando un modelo de acampada que tuvo sus carencias pero por el simple hecho de estar allí tuvo muchos aciertos. Fue un logro que pese al poco tiempo y a lo irregular de la convocatoria nos juntáramos 40 más muchos que fallaron a última hora.
Hemos instaurado un modelo que anualmente se repetirá, y en esas fechas, pensado especialmente para que quienes no hayan acudido nunca lo hagan acompañados de sus padres, con vistas inmediatas al campamento.
Buen sabor de boca, buena comida, mejor compañía, alegría de los niños, nostalgia sana de los mayores, interesante experiencia. Enhorabuena y gracias a todos
